Farinelli, siglo XVIII |
Su reaparición se produce a principios del siglo XVI. En torno a 1550, aparecieron los primeros documentos claramente referentes a cantantes castrados en Roma y Ferrara. De hecho se prohibió la presencia de cantantes casados en la Capilla Pontificia, lo que habría propiciado que los falsetistas comenzaran a ser sustituidos por castrati. En 1589 se reorganizó el coro de la Basílica de San Pedro para incluir castrati. Así, los castrati vinieron a suplantar a los niños y a las mujeres, que también serían prohibidas en las agrupaciones corales.
En las décadas de 1720 y 1730, en el apogeo de la moda de estas voces, se ha estimado que más de 4.000 niños fueron castrados anualmente. Muchos provenían de hogares pobres y fueron castrados por sus padres con la esperanza de que su hijo pudiera tener éxito.
En el siglo XIX, los cambios en los gustos operísticos y las actitudes sociales significaron el final de los castrati, prhibiéndose esta práctica.
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